Quiero regalaros la primera historia que escribí hace mucho tiempo. Es cortita, espero que os guste.

Susana Atril observó su
desordenada mesa de trabajo con el ceño fruncido. Desde luego el desorden y la
pulcritud no eran sus virtudes. Necesitaba este trabajo y debía poner especial
atención en no desperdiciar la magnífica oportunidad que la brindaban. Debía
demostrar su capacidad en una profesión tan delicada como la que había
escogido, detective privado.
También porque era consciente de que era su primer caso con un cliente de
verdad. Cliente y amigo desde hacía dos años.
El trabajo consistía en encontrar a una persona. Una mujer conocida de su amigo,
con la que perdió el contacto varios años atrás.
Eric Tyron le había dado el nombre y la dirección. También le había contado que
Shanelle Herranza había sido buena amiga debido a que ambos procedían de la
misma ciudad.
Susana pudo imaginar que había mantenido alguna relación amorosa, de otro modo,
Eric no llevaría en la cartera una vieja y desgastada fotografía de ella. Un
retrato que conseguía oscurecer la mirada del hombre.
Desde luego Eric no se lo iba a poner tan fácil. Quería hacerla creer que la había
contratado para ofrecerla experiencia en sus siguientes casos, pero en el
fondo, siempre había buscado una oportunidad como esa para buscar a Shanelle.
Susana tan solo tenía que hacer las preguntas necesarias y correctas a algunos
de los muchos conocidos de Eric, que por suerte eran bastantes, ya que el
hombre era dueño de uno de los circos más famosos del país.
Susana miró su contrato con una alegre sonrisa. ¡Eric Tyron era tan guapo y
atractivo! Lástima que no fuera hombre de una sola mujer. Era una pena.
Volviendo al trabajo, rememoró la fotografía de la muchacha. Tendría unos
quince años, o pocos más cuando se la hicieron. La imagen estaba algo alejada y
borrosa, aun así se percibía una traviesa sonrisa pintada en su bonita boca.
Llevaba el cabello rubio ceniza alborotado y recogido sobre la coronilla.
Delgada y esbelta. Preciosa. Como le gustaban a Eric.
Susana buscó entre sus cosas una libreta nueva y algunos bolígrafos.
Antes de trasladarse a la ciudad de Shanelle, prefirió saber las opiniones de
algunos de los trabajadores del circo, posiblemente alguno la hubiera conocido.
A las primeras personas a las que acudió no aportaron ninguna pista, según
ellos nunca habían oído hablar de la muchacha.
La cosa no parecía
haber comenzado muy bien pero ella no se iba a dejar abatir fácilmente. Se
sentó cerca del trapecio, mirando con atención al resto del personal, tratando
de averiguar, quien podía haber estado allí en aquella época.
- Que pensativas estas,
Susy.- comentó una joven que iba recogiéndose el cabello en una alta coleta.
Venía acompañada de otra muchacha. Ambas se detuvieron frente a ella.
-Hola Merche, Ana... ¡Estoy feliz! Tengo mi primer caso. – les dijo ilusionada.
-¡Eso es fantástico! – Exclamó Ana - ¿Dónde
es?
- Aquí.
-¿aquí? ¿De qué se trata? – preguntó con intriga.
- ¿conocisteis a Shanelle Herranza? – las interrogó - Decirme que sí. Fue amiga
de Eric hace trece o catorce años.- Agitó la libreta con una sonrisa.
- Hace tantos años...- Merche resopló repasando su memoria con velocidad.- el
nombre me suena. Yo diría que fue la mujer de Eric.
-Eric, ¿está casado?- Susana se sorprendió. No había esperado que aquella
investigación descubriera aspectos de la vida de Eric.
-Lo estuvo hace años. Se divorció.- asintió Merche como si fuera del dominio de
todos.
-¡no puedo creer que Eric te haya contratado
para saber de Shanelle! – dijo Ana agitando la cabeza con suavidad.
-¿tú también la conociste? – ahora Susana se
interesó más. Tenía confianza con ella.
- Si, pero Shany no era su mujer.- respondió Ana con voz suave y mirada triste
al recordarlo. La misma mirada que tenía Eric cuando hablaba de ella ¿Qué
habría pasado para reflejar tanta pena y dolor con una mezcla de resentimiento?
¿Qué habría hecho Shanelle?
-Por favor Ana, necesito
saber. Dime todo lo que sepas sobre esta chica, te prometo que te compensaré de
algún modo. – intentó convencerla.
-¿Eric no te ha contado nada?
Susana negó con la cabeza.
Ana soltó un largo y pesaroso suspiro.
- Él nunca hablará de ello. – Se encogió de
hombros - No puedo recordar mucho porque yo tenía ochos años cuando ella se
marchó...- Hizo una pequeña pausa y apoyó la espalda sobre la enorme rueda de
un carromato.- Al principio pensaba que Shanelle y José, mi hermano, eran
novios. Siempre andaban juntos de un lado para otro. Eric también estaba
siempre con ellos, pero...- se encogió de hombros.-... como él estaba casado no
podía sospechar la verdad.
-¿Qué verdad? – insistió Susana colocando el
bolígrafo sobre la libreta.
- Que Shanelle era la amante de Eric – confesó
mirando a su alrededor para verificar que nadie las estuviese escuchando -Yo
adoraba a Shany. Imaginaba que era mi madre o mi hermana mayor. Me cogía de la
mano, me besaba. Recuerdo que era una persona muy alegre, siempre riendo. Se
reía con todo el mundo y sobre todo con Eric.- Ana sonrió con cariño al
recordarla.- contaba cuentos, se inventaba historias y siempre nos tocaba el
pelo. La gustaba acariciarnos el cabello y colocarlo detrás de las orejas
mientras hablaba... Era su forma de decir que nos quería. Hasta aquel día… -
Agitó la cabeza con suavidad.-Yo no estaba, pero oí que Eric había discutido
con ella y que ambos se habían abofeteado.
-¿Abofeteado? – repitió Susana con ojos
dilatados. No podía imaginar a Eric haciendo algo por el estilo, mucho menos
con una mujer. Él era un hombre amable y caballeroso.
- Shany no volvió nunca más. – Siguió
explicando Ana - Eric tampoco volvió a llevar el circo a su ciudad. – se
encogió de hombros con una sonrisa quebrada - ¿Sabes qué fue lo que más me
dolió de todo?- Susana negó con la cabeza, inmersa como estaba en la historia.-
No se despidió de mí. Se suponía que yo era su amiga.
Susana la palmeó el
hombro en actitud consoladora.
-¿porque sabías que tú hermano y ella no eran novios?
-Nunca se besaban ni se cogían de las manos, excepto cuando aparecía la mujer
de Eric. Con el tiempo supe que Eric y Shanelle siempre había estado juntos. Se
amaban de verdad. Shany era muy bonita, alta, rubia, delgada. Todos los tíos
estaban locos por ella y la mayoría de las veces Eric debía refrenarse, aunque
se escuchó decir que a veces los celos le traicionaron.
-¿pero no sabes por qué discutieron?
-no. Eric dijo que no quería hablar ni una palabra del tema, quería olvidarse
de ella.- Ana se mordió el labio inferior.- Al principio eso fue difícil porque
siempre estaba en nuestras mente, dejamos de nombrarla para no echarla de
menos. Yo era bastante pequeña.
-¿sabes si trabajaba o estudiaba, o como se conocieron ellos?- insistió Susana.
De algún modo no había pensado que esta historia fuera tan extraña e
interesante.
-No. Sé que Shany estaba en el circo como si fuera su casa y que ambos
compartían las mismas amistades tanto dentro como fuera del circo.
-Shany.- repitió Susana.- ¿así es como más la conocen?
-De las dos maneras. Quién más sabe de ella es Bart, siempre decía que era su
hermanita pequeña y ella lo quería mucho.
Susana agitó la cabeza
pensativa. Bart era la mano derecha de Eric.
-No sé si querrá hablar conmigo. Lo intentaré de todos modos aunque lo dudo
bastante. ¿Si supiera porque rompieron…? - comentó ideando la forma de atacar
directamente a Eric - Bueno, si recordáis algo más, algo que me pueda indicar
dónde puede estar ella ahora ...
-Sí que recuerdo a Shanelle.- interrumpió Merche un poco molesta con este
asunto.
Por su forma de
decirlo, Susana advirtió cierto rencor.
-¿Qué puedes decirme? – la animó.
- Shany era el centro de atención. Orgullosa,
borde, creída y malcriada. - dejó escapar una cínica carcajada. - Una vez me la
encontré sola aquí.- Merche señaló los escalones que accedían a la pista
secundaria, donde los actores esperaban antes de salir al público.- Había
estado llorando porque Eric había suspendido los planes que había hecho con
ella por tener que atender a sus esposa, Melissa.
-¿La esposa se llamaba Melissa?
Merche asintió:
- La esposa no era tonta y sabía perfectamente
el lio que había entre ellos. -Merche se
sentó en el último escalón como si estuviese cansada - A mí me dio pena ver a
Shany tan sola, ese día la mayoría de la gente se había marchado al cine al no
haber actuaciones. Estuve con ella toda la tarde, entreteniéndola,
consolándola, haciéndola reír. Al día siguiente ni se me acercó. ¿He dicho que
era una interesada?- repitió enojada.
-¡Ella no era así!-exclamó Ana incorporándose de repente. Por un momento Susana
pensó que se enzarzarían en una pelea -Hay muchas personas que la envidiaban,
sobre todo las que iban detrás de Eric.
-¡yo no la envidiaba! – Dijo Merche levantándose de nuevo - puede que al
principio un poco, como todas. – Se rascó la cabeza nerviosa – Eric no solo fue
infiel a su esposa, también a ella la engañó muchísimas veces. Siempre hubo
otras mujeres.
-¡Eso no es cierto! Eric fingía que había más,
pero era para que Melissa no se centrara solo en Shany.
- Una vez me besó en
los labios – aseveró Merche sonriendo con picardía. -Yo estaba desprevenida,
aun así le abracé y todo. Me hizo tanta ilusión que pensé que tendríamos un
lio, sin embargo no era sí, Shanelle estaba tras de mí y Eric tan solo
pretendía darla celos conmigo.
-¿qué hizo ella?- preguntó Susana totalmente intrigada. ¡Joroba con la que no
recordaba a Shanelle! parecía un libro abierto.
-Nada.- frunció el ceño.-Se acercó sonriendo, fingiendo no haber visto nada
importante, se introdujo entre nosotros con sus bromas y se llevó a Eric de
allí.
-¿crees que no era celosa?- Susana golpeó su labio inferior con el bolígrafo.
-Los celos la quemaban por dentro. Por eso rompieron esos dos. Creo que
Shanelle le encontró con otra en la cama., estallaron en una bronca alucinante.
Eric la acusó de que ella era realmente la infiel.
-¡eso no es cierto!- se quejó Ana.-ella no lo engañaba.
-Pregúntale a tu hermano.- replicó Merche.- Creo que tuvo un lio con él aunque
luego se arrepintieran los dos. También oí decir que paralelamente salía con
otro muchacho que había conocido en una discoteca.- se encogió de hombros
divertida.-la historia cuenta que hubo más.- bromeó.- Eric fue a buscarla
después de aquella pelea. La hermana de Shanelle le contó que ella iba a casarse
con un hombre llamado Miguel. Eric lo conocía porque también pertenecían a la
misma ciudad.
-Vaya, vaya.- se asombró Susana - eso quiere decir que ella era tan zorra como
Eric, con perdón de la expresión.
-¡no lo puedo creer!- Ana no daba crédito.
-pues yo imagino que se casó, que tuvo hijos y que se olvidó de todo esto.-
Merche sacudió una mano como queriendo abarcar las instalaciones...- después de
todo han pasado trece años.
-¿cuántos años tiene entonces Shanelle?- Susana estaba totalmente
desconcertada.
-Debe tener unos treinta y tres.
Esa misma tarde,
después de haber comido un sándwich y una manzana, Susana se armó de valor y
entró en el despacho de Eric con la gran suerte de encontrar a Bart allí.
Eric con la espalda apoyada en el sillón de cuero negro la miró con ojos
divertidos.
-¿y bien?
-no he hecho más que comenzar.- sonrió Susana de forma burlona.- Fue muy
importante para ti. ¿Verdad? Me refiero a ella.
-no te voy hablar de Shanelle. – Se tensó en su silla - Solo quiero saber si
está bien y punto. ¿Crees que podrás hacerlo?- dijo en un tono más áspero de lo
que hubiera deseado. No podía olvidar que Susana era una amiga.
-¿eres divorciado? ¿Supongo que eso podrás confirmármelo?- Eric asintió. Susana
miró a Bart con timidez.
-No hay gran cosa que pueda decirte.- contestó Bart a la silenciosa pregunta.-
Tiene dos hermanos. Su mejor amiga se llama Elisabeth.- abrió las manos y de
repente se las frotó- Es que todo lo demás realmente no importa. Sabemos por
qué se fue. Lo único que queremos es saber de ella, si esta bien, si es feliz.
-Susy.- susurró Eric.- necesito saber cómo le
ha ido en la vida. Nada más.
Susana salió de allí bastante satisfecha a pesar de la poca conversación.
Preparó una pequeña maleta. Comenzaría su búsqueda en la ciudad de origen.
Tardó algo más de tres
horas en llegar. Se registró en una pensión muy limpia y cómoda y salió a
conocer el lugar donde supuestamente todo había empezado.
Su primera desilusión llegó al descubrir que la familia de Shanelle se había
mudado hacía trece años. Qué increíble coincidencia que rompiera con Eric y que
luego, ese mismo año, toda la familia abandonara el hogar. ¿Tendría alguna
relación o era cosa del destino que quería ponerla las cosas difíciles?
Susana, se atrevió a subir a la casa, donde una mujer muy amable la recibió. No
conoció a los anteriores dueños, pero si había oído hablar de ellos.
-Decían los vecinos...- susurró la señora- …que los padres habían echado de
casa a la hija mayor, Chántela o algo así...
-Shanelle.- corrigió Susana.
-Si eso. ¡Vaya nombre raro! – soltó una risa y se ajustó unas gruesas lentes
sobre los ojos.
-¿y no conoce a nadie que pueda ayudarme a localizarla? – pidió Susana un poco
decepcionada.
- Deberá saberlo la hija pequeña, Nuria. No vive en este barrio, pero sí muy
cerca. Alguna vez escuché algo sobre una tragedia en esta familia, al poco de
venir a vivir yo aquí, pero la verdad, no presté mucha atención.
- ¿una tragedia? – se extrañó
-Lo lamento, no puedo ayudarte mucho. Yo era
nueva y puede que mezcle historias.
-¿y sabe donde puedo encontrar a Nuria?
-cerca de la última
estación. Trabaja como cajera en un supermercado. No la conozco, nunca he
hablado con ella.
-¿y los padres? ¿Tampoco tuvo contacto con ellos?
- Sé que vendieron el piso para irse a vivir a la costa. El padre sufrió un
infarto y lo jubilaron. Decía que esta muchacha, Chántela...
-Shanelle.
-Eso, Shanelle. Pues dicen que ella fue la
culpable de lo sucedido al darle tantos disgustos. ¡Pobre diabla!
-desde luego hay que ver que malos somos las personas. ¿Cómo puede tener
alguien la culpa de eso? – dijo Susana molesta.
- El padre debía de estar algo delicado cuando se enteró que su hija estaba
embarazada. Por los visto el muchacho era un salvaje que la maltrataba
¿Shanelle embarazada?
Seguramente eso podría explicar por qué la familia se marchó de allí. Quizá no
estaban dispuestos a soportar comentarios.
Susana se despidió con
el propósito de no regresar jamás a esa casa. Había estado observando el lugar,
nadie había hecho reformas en ella, quizás habían cambiado la puerta que daba
al patio, porque aún quedaban restos de cemento en el suelo. Las paredes lisas
estaban repintadas de un tono crema. Pero en definitiva, la mujer tenía aspecto
de no hacer mucho por mantenerlo limpio y de la cocina llegaba un olor extraño,
como de alimentos pasados o basura acumulada.
Susana tenía que verificar si Shanelle había estado embarazada por aquella
época. ¿Sería cierto que ahora tendría un hijo? Sí así fuera ¿sería de Eric? ¿Por
qué no le había pedido ayuda si no contaba con el apoyo de los padres?
¿Por qué su hermana le dijo que se iba a casar con otro, sabiendo que él era el
padre?
Era un montón de
preguntas que iba apuntando en su libreta. Algunas, directamente las ponía
respuesta, como en el caso de que la muchacha hubiera estado esperando un hijo.
Susana casi tenía la seguridad completa de que Eric era el padre. Tal vez un
sexto sentido, o algo en aquella insólita historia se lo confirmaba.
No supo por qué, pero
intuyó que no iba a ser fácil encontrarla.
La única opción es que
Shanelle se hubiera casado con el tal Miguel, para poder criar a su hijo.
A la mañana siguiente
confirmaría en el ayuntamiento el nacimiento del supuesto hijo, allí siempre
tenían un registro.
Continuó paseando sin salir de barrio. Preguntó de algún lugar para comer y el
destino volvió a entrar en juego. Llegó a una taberna llamada " la
zancadilla", había música rock de fondo.
Susana se pidió una cerveza y un bocadillo al tiempo que observaba a la gente
con disimulo.
Se preguntó cuántas personas de las que estaban allí, habían conocido a
Shanelle y a Eric. Una mujer de cabello oscuro se sentó junto a ella con una
sonrisa amable.
-Eres nueva por aquí. ¿Verdad?- el camarero la sirvió una cerveza de
inmediato.- es un barrio pequeño y aquí todos nos conocemos, aunque sea de
vista.
Susana asintió.
-Hace años conocí a una muchacha que vivía por aquí.- mintió. No era propio de
ella mentir e inmediatamente se encontró fatal. Se consolaría solo, si la Diosa
suerte o fortuna dejará caer alguna pista más. Tampoco se podía quejar.
Quedaban bastantes opciones.- Rubia, alta, ojos claros. Se llama Shanelle
Herranza.- dejó caer el nombre con cierta duda.
-¿Shany?- río la joven con una mueca.- Hace muchos años de eso. Ha llovido
mucho desde entonces- la tendió la mano con afecto.- Me llamo Rocio.
-Susana.- se presentó, no creyendo en la suerte que había tenido al entrar en
aquella taberna.- ¿sabes dónde puedo encontrarla?
-Shany... murió, hace trece años. Aún me parece increíble como sucedieron las
cosas.
Susana perdió el color
del rostro y sus manos comenzaron a sudar.
-¿muerta? ¡No es posible!
No esperaba acabar la investigación así.
¿Hacía trece años?
Se asustó ¡Por Dios! ¿Qué había sucedido con
Shanelle?
-fue algo muy duro para
todos los que la conocíamos, en especial para Raúl- Rocio señaló con el mentón a un hombre joven,
de largo cabello negro y ojos verdes que estaba sentado en una silla, mirando
la televisión que colgaba desde un sitio alto.. Susana observó con asombró un
pequeño parecido con Eric, aunque Raúl era mucho más joven, delgado y más bajo
en comparación con la increíble musculatura de Eric.
-¿Shany salía con él?- preguntó incrédula.
-No, pero era bien sabido que estaba loco por ella. Shany le quería como a un
hermano. Decía que le recordaba a Tyron. – Rocio bebió un trago de su cerveza -
Raúl insistió muchas veces y ella le tuvo que decir que se sentía acosada, de
ese modo logró apartarlo un poco, solo un poco. Cuando un día apareció por aquí
con Miguel, Raúl pareció enloquecer.
-¿que tenía de malo Miguel?
-Lo conocí de vista, aunque ya sabes, una vez que apareció por aquí se dijeron
muchas cosas. Era un chulo de esos que van a los gimnasios a ponerse cachas.
Comenzó a prohibir a Shany hacer cosas, a ver a sus amigos, a fumar... Cuando
ella se dio cuenta de lo que estaba pasando fue tarde. Miguel la asesinó.
-¿cómo?- el corazón de Susana comenzó a latir a un ritmo vertiginoso. Eso mismo
pero triplicado debió sentir el padre de Shanelle cuando sufrió el infarto. ¿No?
-Miguel había prometido ayudarla a criar a su hijo. Shany había pensado hacerlo
sola, pero la mujer y el padre de Eric la tenían amenazada. No querían que el
niño naciera.
-¿Melissa y el padre de Eric? – todo se
complicaba.
Rocio asintió:
- Miguel comenzó a ver a Shany como si fuera
de su propiedad y trataba de que ella olvidara a Tyron, algo imposible porque
siempre estuvo locamente enamorada de él. De la noche a la mañana Miguel la
odió debido al rencor que sentía por el bebé que llevaba dentro, incluso tenía
celos de todo el que la miraba.- se inclinó hacía Susana para susurrar.- Quiso
acostarse con ella a la fuerza pero alguien vio lo ocurrido y llamaron a la
policía. Shany no lo denunció.- Rocio volvió a su posición actual y volvió a beber
un largo trago.- Rompió con él. Una noche, Miguel arrepentido la llevó con
engaños a un descampado que había en las afueras.- se encogió de hombros.-
ahora han edificado y ese sitio ya no existe. – Recordó - Pasó una semana
cuando encontraron su cuerpo.
-¡Eso es horrible!
- Miguel cumple condena. ¡Por cierto! Falta
muy poco para que se revise la sentencia, pueden darle la condicional y
Raúl...- Rocio volvió a señalar al muchacho.-…no sé cómo reaccionará.
-pobre.- se lamentó Susana.
-Sí, una lástima. Shany se hacía querer con facilidad, ella soñaba con casarse
con Tyron y formar una familia. Esperaba una reconciliación.
-¿y a Eric? ¿Nadie le dijo nada?
La mujer se encogió de
hombros.
-Seguramente estaba de gira con el circo. Además hace muchos años que ya no
viene por aquí. No sé si alguien se atrevió a contárselo. De todos modos ella
era una más en su larga lista de conquistas, al menos eso decían las malas
lenguas.
-¿tú no lo crees así?
-Yo los he visto juntos y te puedo asegurar,
que ambos se amaban por igual. La lastima fue que no pudieran superar sus
problemas. La familia de Eric tuvo mucha culpa de todo.
Susana no pudo evitar llorar. No conoció a Shanelle pero sintió un gran pesar
por ella. Pero Eric, Bart, Ana, José... ¿Cómo darles una noticia así?
-imagino como debes sentirte.- la consoló Roció.- para nosotros ocurrió hace
trece años. Esa noche Miguel asesinó a Shany y dejó gravemente herida a otra
mujer que pasaba por allí. No sé si era indigente o drogadicta. Nunca apareció en
los juicios contra Miguel.
Susana aspiró con lentitud.
-Tenía pensado ir a ver a su hermana.- se enjugó las lágrimas.
-Nuria ¿ha regresado? No lo sabía.
Susana se fue a dormir con una pena muy profunda. No podía entender como una
vida se podía destrozar tan repentinamente y de aquella manera. Muerta tan
joven.
Ahora el hablar con
Nuria solo serviría para aceptar que Shanelle había desaparecido. No tenía por
qué hacerlo pero deseaba trasmitirla su apoyo. Necesitaba que supiera que había
mucha gente que quería a su hermana y que no sabían aquella cruel verdad.
-¿y por qué te interesa
saber de mi hermana?- Nuria la miró con unos enormes ojos azules rodeados de
espesas pestañas. Era una muchacha muy hermosa de unos veinticinco años.- ¿la
conociste?
-no.- admitió.- la conocía una amiga mía llamada Ana, la última vez que la vio
tenía ocho años. Durante todo este tiempo la culpó y hasta la odió un poco por
no ponerse en contacto con ella. Ahora ya conozco la verdad.
-Ana.-musitó Nuria.- Lo siento, no recuerdo a todas las amistades de mi
hermana, pero estoy segura que debía de quererla porque Shany adoraba a los
niños.
-Tratando de averiguar dónde estaba, he ido descubriendo varias cosas. La
extraña relación entre ella y Eric, lo de su embarazo- Susana suspiró con fuerza.- ¿porque le dijiste
a Eric que Shanelle se iba a casar?
Nuria, al principio, no supo contestar. Se había sorprendido.
Ambas estaban sentadas en la terraza de una cafetería tomando un refresco. Por
fin asintió:
-Mi familia echaba la culpa de todo a Eric.-se encogió de hombros y miró
fijamente a Susana.-Le conoces. ¿Verdad?
-somos amigos.
-¿solo amistad?- insistió Nuria con desconfianza.
-Sí. No me he enrollado con él ni nada parecido. No es porque no me guste – Susana
sonrió - ¿le conoces?
-Es uno de los hombres más guapos del mundo –
afirmó – y uno de los más peligrosos.
Susana se echó a reír
dándola la razón.
- La pena es que no debo ser su tipo y ni
siquiera se ha fijado en mí, ya me entiendes. De todos modos, no soporto las infidelidades. ¿Por qué tu
hermana lo aguantó tanto?
Nuria dejó vagar una
mirada triste por encima de la mesa.
-Por amor. Shanelle era muy joven cuando lo vio por primera vez. Se sintió
enamorada de repente, pero él tampoco se fijó en ella, por lo menos las
primeras veces. Lo veía por las tardes, desde la ventana del taller de costura
donde iba cada día. Después de meses de observarle desde allí sin él saberlo,
coincidieron. Era una tarde que Shany iba con sus amigos. Ella estaba medio
saliendo con un muchacho, nada serio, púes eran muy jóvenes. Amigos de ese
chico conocían a Eric y se pararon hablar. Se presentaron y entonces Eric la
preguntó, que como podía estar saliendo con ese crio. Ella creo, no le contestó
en aquella ocasión. No volvieron a verse hasta meses después, entonces quiso
seducirla y salir con ella en varias ocasiones.
"Tenía el circo aquí y Shanelle se pasaba todas las tardes a verlo,
haciendo novillos en el taller. Por fin se enrollaron y la cosa parecía ir muy
bien, hasta que Eric comenzó a engañarla, a besarse con otras delante de ella.
Shany al principio no comprendía nada, es más, pensó en dejarlo. Ya sabes cómo
son los comentarios y en esta ocasión llegaron muy rápido, Eric estaba casado. Sé
que a él le gustaba mucho mi hermana y que en el fondo deseaba no enamorarse de
ella. Shany era...muy cabezona. Si Eric la engañaba, ¿Por qué no hacer ella lo
mismo? Si Eric la dejaba, pues bueno, lo asumiría. Yo creo que todo fue un mal
entendido. Shanelle por aquel entonces conoció a otro chico en la discoteca y
cuando Eric trabajaba o estaba con su mujer ella salía a divertirse. Este chico
era un encanto.-Nuria hizo una pausa y tomó un sorbo de su refresco.-Se
llevaban bien, parecían novios e incluso hacía muy buena pareja. Decían que
eran amigos lo cual era cierto, pero a su vez era una tapadera para Shanelle.
Nadie podría acusarla de estar con un hombre casado mientras estuviera con este
chico. Él nunca se quejaba, quedaban para salir y divertirse y se aguantaba
cada vez que ella se marchaba para estar con Eric. Creo que mi hermana no
pensaba en el daño que estaba haciendo a este muchacho. ¿Sabes? Shany me
confesó que había intentado enamorarse de él, de aferrarse como si fuera el
único hombre de la tierra, su cabeza le decía que le amara, su corazón
pertenecía a Eric.
Su amistad duró un par
de años, él, no soportó tenerla cerca y saber que pertenecía a otro. Shanelle y
Eric siguieron viéndose, escapaban los fines de semana para irse al circo.
Adoraba al hombre, lo quería con toda su alma.
Luego comenzó a recibir amenazas de Melissa, la mujer de Eric..."
-la ex mujer.- corrigió Susana.
Los ojos azules de Nuria se abrieron con asombro.
-de modo que pago su deuda y se divorció.
Le tocó ahora a Susana sorprenderse.
-¿otra incógnita más?
-Eric tuvo un lio relacionado con robo cuando era muy joven. Melissa le pagó la
fianza y se puede decir que lo ayudó a comenzar de cero, una nueva vida. Le dio
dinero, techo y apoyo a cambio de matrimonio. Eric aceptó y se sentía en deuda
con ella. A Shany la decía que no quería a su esposa, pero se lo debía y él es
un hombre de palabra. Mi hermana lo amaba tanto que supo entenderlo, no puso
objeciones y aguantó las infidelidades porque no quería que Eric la apartara de
su vida. Soportó habladurías, todas las que quisieron y más. Venía a casa con
la idea de dejarle, pero al día siguiente descubría que estaba mucho más
enamorada de él.
"Shany fue una tarde a buscarlo al circo, Eric la esperaba en una caravana
con dos chicas. Estaban los tres en la cama.- la mirada de Nuria se oscureció
apenada- Instó a mi hermana para que se uniera a ellos, quería montárselo con
las tres. Shanelle no quería pero algo en su orgullo no la dejó marchar. Si eso
era lo que Eric quería lo tendría, pero sería la última vez que le viera, sería
un modo de despedida. No pasó nada porque Eric detuvo aquella locura, insultó a
Shany, fue horrible. Él solo quiso probar si ella era capaz de hacerlo, quería
saber si lo engañaba con otros.
-¿y no era así?
-No niego que se besara con algún muchacho, sobre todo por despecho. No fue
engaño, Eric la empujaba con sus infidelidades a intentar buscar amor y cariño
en otras personas. Shany se acostó con un solo hombre en su vida y ese fue Eric
Tyron. El día que rompieron todos la miraron de forma acusadora de algo que no
comprendía.- miró a Susana con fijeza.-La vida de mi hermana cambió de repente.
Ese día solo había ido a decirle que estaba esperando un hijo suyo.
-Quizás si le hubiese dicho alguna vez que lo amaba, si se hubieran sentado
para hablar y analizar las cosas.
-¡no!- negó Nuria agitando su larga cabellera cobriza. Tenía los ojos abnegados
en lágrimas.
-Nuria. ¿Siempre has vivido aquí? ¿No te fuiste con tus padres cuando se
marcharon?
-sí, claro, me fui con ellos, pero este es mi barrio. Vengo de vvez en cuando porque
pido el traslado en el supermercado, pero en dos día puede que le den la
condicional a Miguel. Quiero saber, necesito saber quién le pagará la fianza
obligatoria. Me encantaría que lo denunciaran por la otra víctima, que en
definitiva no declaró.
-¿apareció la otra mujer?
-Lo siento Susana, no te puedo contestar a eso.
-No, claro, lo entiendo, Bueno.- Susana dejó caer la cabeza hacía atrás para
que el sol bañara su rostro.- creo que ya he acabado lo que venía hacer aquí.
Nuria la sonrió con dulzura e inesperadamente la colocó un mechón de cabellos
sueltos tras la oreja.
-por favor da recuerdos a Ana. Si Shany no se puso en contacto con ella fue por
las circunstancias.
-¿iras al juicio, Nuria?
-Aún no lo sé. Me da pánico ver a ese... indeseable. Estaré por aquí algún
tiempo.
Sonó el teléfono móvil de Nuria. Con una sonrisa de disculpa atendió la
llamada.
Susana no prestó mucha
atención. Ella no era ninguna maleducada como para escuchar conversaciones privadas.
Pensó en acercarse al cementerio antes de regresar al circo y soltar la bomba,
sin embargo algo llamó su atención cuando Nuria nombró a un muchacho llamado
Alex que iba de pena en los estudios. La voz de Nuria había adquirido un tono
sedoso, tierno, como si estuviera hablando de alguien a quien quisiera mucho.
Se despidió con un " hasta pronto Beth".
-Lo siento.- se disculpó Nuria.- Mi amiga tiene un pequeño problema de
autoridad.- se río de sí misma como si hubiera contado algo gracioso.- No sé
cómo no se dan cuenta, Alex es como su padre, un rebelde por naturaleza.- miró
su reloj de pulsera y sonrió.- ¿por qué ahora se interesan en este tema?
-Me acabo de sacar la carrera de detective y tengo que admitir que realmente me
contrató Eric.- explicó ante la mirada atónita de la muchacha.
Susana habló de Bart, conversó del circo, de los trabajadores.
Se despidieron con un abrazo.
Esa misma tarde Susana recogió sus cosas. Paseó por el camposanto que se
encontraba totalmente tranquilo, seguramente se acercaba la hora de cerrar.
La tumba de Shanelle no había sido visitada en mucho tiempo. Estaba sucia y
ajada por el paso del tiempo, el calor, las lluvias. No había dedicatorias, ni
fotografías, tan solo un ramo de margaritas, ya secas, esparcidas por el mármol
gris.
-¡no lo puedo creer!-
exclamó Merche.- ¡has podido encontrarla!
Eric estaba semiapoyado en una barandilla de color amarillo. Tenía los brazos
cruzados sobre su amplio pecho y miraba a Susana con sus preciosos ojos verdes.
Quería aparentar que no le interesaba mucho lo que la muchacha había
descubierto, pero en el fondo controlaba su paciencia.
Bart, Ana, José, Merche y otras tres personas más que también habían conocido a
Shany, se hallaban expectantes.
-No sé por dónde empezar.- Susana suspiró y observó a Eric con fijeza- te dije
que podíamos hablar en privado. He descubierto muchas cosas y no solo de
Shanelle Herranza, si no tuyas. Es como si vuestros nombres hubieran estado
ligados siempre.
Eric agitó la cabeza y
la hizo una señal para que continuase.
- "Ella te amó mucho, fuiste el
sueño de una niña y tenía todas las esperanzas puestas en ti. Todo fue
malentendido, uno tras otro.
-¿te lo ha dicho ella? – soltó Eric sin poder
callarse.
-Déjame que acabe – le pidió Susana. - Nuria
te mintió. Shany no pensaba casarse con Miguel ni con ningún otro. Te esperó
durante un tiempo.- tomó aire para poder continuar.- Aquel día que vino a verte
solo quería comunicarte que ibais a ser padres.- Eric arqueó las cejas y
descruzó los brazos.- El mismo día en que supuestamente querías montártelo con
las tres.- El hombre se enderezó sobre su espalda, apenas respiraba.- Shanelle
hubiera hecho cualquier cosa por conseguir un poco de tu cariño, pero un cariño
real y no ficticio. Según Nuria, tú nunca la quisiste. Comenzaste con mentiras
y engaños, la ilusionaste con promesas que eras incapaz de cumplir. Jugaste con
sus sentimientos de niña y de mujer, causándola el dolor más profundo que una
persona puede llegar a sentir, la humillaste y las insultaste. Le
abofeteaste...
-¡hablas como si yo fuera un demonio! Como si la culpa de lo que ocurrió fuera…
-¡no!- negó Susana.- ambos fuisteis culpables. ¿Sabías que tanto tu padre como
Melissa estaban enterados del embarazo de Shany? No querían que el niño naciera
porque Melissa no podía tener hijos...
Eric escuchaba con ojos
fríos.
-Nunca quise tener hijos con Melissa, me cuide muy bien de eso.-interrumpió
enojado.
-El hijo de Shanelle sería la única persona que podía heredar todo lo tuyo,
todo el circo, y eso no les convenía a algunos. La persiguieron con la
intención de que abortara, la ofrecieron dinero que ella nunca aceptó. Te
adoraba a ti y quería a tu hijo sobre todas las cosas. - Susana se frotó la
cara con las manos, estaba cansada.-Nuria piensa que pagaron a Miguel para
hacer lo que hizo. Ese cabrón se metía coca hasta las orejas y ni siquiera
recuerda lo sucedido.- Susana pasó a relatarles la historia que Roció le había
narrado en "la zancadilla"
-¿se casó con ese mierda para criar a mi hijo?- gritó Eric ofuscado.
-no.- Había llegado el momento de la verdad. Susana tembló y luchó por
controlar las incipientes lagrimas.- Shanelle no llegó nunca a tener ese bebé.
Ella murió hace trece años.
-¡no!-Ana buscó un sitio donde sentarse.- No. ¿Por qué?- repitió angustiada.
-Miguel la asesinó por celos. No podía soportar que ella no quisiera estar con
él. Odiaba al hijo que iba a tener, y en el fondo sabía que Shany jamás dejaría
de amar al único hombre al que no solo le había entregado su cuerpo, si no todo
su corazón.
Eric no podía pensar con cordura, se quedó con la mirada clavada en el suelo,
perdido en los recuerdos.
Entonces Susana pasó a contar gran parte de la historia de Nuria. Relató sobre
el matrimonio de Eric.
-Me amaba.- susurró el hombre en un hilo de voz.
-siempre lo hizo.- admitió Merche contándoles sobre el día que se quedó
consolándola- alguien, no se quien, la había aconsejado que nunca revelara sus
sentimientos a quien no hacía más que engañarla y burlarse de su amor.
-Nunca, nunca me burlé de ella.-Eric miró a Bart con un nudo en la garganta y
un dolor profundo en sus ojos verdes.- La quería más que ama vida. Aún la amo
más que a mí mismo.
-yo siempre tuve razón respecto a ella.- Ana se limpió las lágrimas con el
dorso de la mano.- todo fue un cúmulo de malos entendidos.
-¡Una mierda!- estalló Eric.- todo fue un complot para separarnos desde el principio
y yo fui tan ciego y tan celoso que no supe ver cuánto me necesitaba. Me
comporté como un payaso engreído y prepotente, fingiendo serla infiel solo para
que ella por una vez, se enfadara y me dijera cuanto me amaba.
Ana corrió hacía Eric y se arrojó en sus brazos llorando. Todos lloraban.
Susana, a pesar de la pena que les acababa de causar, debió seguir hablando
para terminar de contar la historia. Prosiguió con el infarto del padre de
Shanelle y porque se habían mudado.
-Mañana a primera hora, revisan el caso de Miguel. Nuria no pudo contarme nada
sobre ese aspecto, aunque creo que tienen algo entre manos. Lo que más les
interesa en este momento es saber quién pagara la fianza. Temen que haya
podido ser un pacto.
-¿un pacto?- repitió José.
-la familia de Eric y...Miguel.- respondió.
-voy asistir a ese juicio- anunció Eric.- Voy hacer la vida imposible a los
culpables de lo ocurrido. Voy a pedir perdón a la familia de mi Shanelle y la
visitaré en el cementerio.- su voz era ahogada por el llanto.- Necesito hablar
con ella, necesito que comprenda... cuanto la amé y cuanto desearía estar con
ella.- suspiró en un esfuerzo por controlar sus lágrimas, sin embargo se marchó
de allí con la necesidad de estar solo. Deseó morirse porque sintió que no le
quedaba nada en esta vida.
Desde el interior de un
coche gris metalizado, unos ojos azules vigilaban con preocupación las puertas
de los juzgados. Su corazón golpeaba fuertemente en su pecho. Tenía miedo.
Estaba aterrorizada pero tenía que estar allí, tenía que saber.
Había bastante gente bajo el amplio porche del edificio. Reconoció a los padres
de Miguel, ¡pobre personas!, habían envejecido más rápido de la cuenta. También
estaba Susana, la detective privada que acababa de llegar junto a Tyron. Lo
reconoció en el acto. Su cabello negro y rizado sobre los hombros, su tez
bronceada, sus ojos verdes. Lo evocó cuando sonreía, cuando bromeaba poniendo
unas muecas muy divertidas.
No era de extrañar que todas las mujeres se giraran a observarlo, era tan
apuesto y varonil…
Se les unieron varias personas más y charlaron un poco antes de desaparecer por
la gigantesca puerta acristalada.
Pasaron cerca de diez minutos cuando apareció Melissa vistiendo colores
chillones y juveniles, el rostro ajado y mal cuidado con el paso de los años.
Nunca había sido bonita, pero siempre habría podido mejorarse de no haber sido
tan mezquina y tan mala persona.
Unos golpes en el cristal de la ventanilla del coche sobresaltaron a la mujer.
Era la detective. Bajó la ventanilla apretando un simple botón.
-Nuria. ¿No vas a entrar?
-No.- señaló a Melissa con la cabeza.- La ex mujer de Eric.
Susana se volvió para observarla con el ceño fruncido.
-Eric está aquí- informó Susana.-desconocía todo. No sé lo que ocurrirá hoy en
el juicio, pero no quiere dejar las cosas como están.
Nuria asintió preocupada.
-Aunque descubra que fue su ex la causante de todo, ya no se puede hacer nada.
Solo, con un poco de suerte, si ve a Tyron a lo mejor no se acerca a pagar la
fianza y Miguel tendrá que hablar. Hablará de la rabia de haber sido
traicionado. Sé que alguien quiso sacarlo de la cárcel hace tiempo pero por un
error burocrático no fue posible. En estos momentos debe estar muy
enojado.-miró a Susana con renovado optimismo.- vuelve allí por favor y no
dejes que Eric se aparté de Melissa ni un segundo. Que haga lo imposible para
que nadie pague esa fianza. Me lo debe. Se lo debe a Shanelle.
Susana asintió.
-Te veré más tarde. Eric es capaz de matar a Melissa con sus propias manos en
cuanto la vea.
Susana saco algo de su vehículo y regresó a los juzgados.
Pasaron diez minutos más. Su corazón no se relajó. Descendió del coche y se
colocó unas oscuras gafas de sol. Paseó por la calle durante un rato, con la
duda de saber que estaría pasando. Por fin regresó de nuevo a su automóvil y
puso rumbo al cementerio. Pondría las margaritas y luego regresaría a casa, con
su familia.
En el interior de los
juzgados la tensión era espesa, palpable. Eric, disimulando y sacando fuerzas
de flaqueza, tomó asiento junto a Melissa.
-¿qué haces aquí? - la preguntó en un susurro bajo.
-soy de la ciudad. ¿Recuerdas? Esto es del dominio público.- le contestó
Melissa nerviosa.
Nadie pudo pagar la fianza y el padre de Miguel, como se había esperado,
recriminó a Melissa con gritos y acusaciones. Miguel tampoco pudo callarse e
histérico juró vengarse de ella. No le concedieron la condicional.
-voy a conseguir que reabran el caso.- Amenazó Eric con los ojos cargados de
una furia desmedida. Bart tuvo que luchar contra su amigo para sacarlo de allí
a la fuerza.
-Nuria tenía razón.- confirmó Susana mirando donde minutos antes había tenido
aparcado el vehículo. Ya estaban más calmados aunque se había armado un gran
revuelo en la salida del edificio. El juicio no era contra Melissa, de modo que
aprovecho la mínima oportunidad para evaporarse.-Imagino que habrá sentido un
gran alivio.
El grupo caminó hacía un monovolumen muy moderno y nuevo perteneciente a Eric.
Bart se detuvo un instante para saludar a alguien. Susana al principio casi, ni
se molestó en mirar, pero entonces observó, por el rabillo del ojo, a una
muchacha de cabellos dorados con hebras en color plata. Tenía unos enormes ojos
grises bajo unas delineadas cejas. Su rostro parecía molesto, casi enojado.
Sostenía la mirada en alto, con orgullo, a pesar de que muchas personas
reunidas cerca la observaban con atención. Era de estructura fuerte, más bien
algo rellena.
Susana sabía que no la conocía, pero había algo en ella...
La mujer que había estado saludando a Bart, se acercó a la rubia y tomándola
del brazo comenzaron alejarse de allí.
-Perdona Bart-Susana se acercó al hombre con rostro pensativo- Con la persona
con la que estabas ha...
-Elizabeth.- contestó él.- La amiga de Shany.
-¿quién era la otra?
Bart negó con la cabeza.:
-no lo sé. La verdad es que no me he fijado.
-¿había alguien de la familia ahí dentro?
Eric rodeó a Susana por los hombros.
-hiciste bien tu trabajo, Susy.- la sonrió con sinceridad.- ya has acabado.
-es curiosidad Eric. Presiento que hay algo más en todo esto.
-Creo que estaba Nuria y Elizabeth.- admitió el hombre.
-¡qué raro! No vi a Nuria en el juzgado. Hubiera apostado que no iba a entrar
cuando hablé con ella.-se giró para observar a Eric, parecía más tranquilo,
aunque era difícil no ver el dolor dibujado en su rostro-¿qué va a pasar ahora?
-voy a contratar a un abogado. Removeré cielo y tierra para que Melissa y mi
padre paguen su culpa. Se acordaran de Shanelle por el resto de sus vidas.-juró
con voz fría y amarga.
La siguiente parada fue
el cementerio. Tan solo Eric compró un pequeño ramo de margaritas. No rosas ni
claveles, ni lirios o coronas. Tan solo unas sencillas margaritas silvestres.
Susana les condujo a la lápida. Con asombró encontró que estaba limpia y
reluciente, sobre la losa, un ramo de margaritas. Eric se detuvo durante un
instante al verlo, luego colocó el suyo muy cerca del otro.
-¿por qué margaritas?- preguntó Susana.
Eric se pasó la lengua por los labios como si estuvieran resecos, un gesto muy
excitante y sexi. Tenía los ojos clavados en el mármol, releyendo el nombre de
su amada y la fecha de su muerte, una y otra vez.
-Cuando discutíamos, la mayoría de la veces por tonterías, bueno, nos
reconciliábamos pero me obligaba a comprarla margaritas. A veces las tenía que
robar de algún jardín- sonrió ante el bello recuerdo. ¡Cuánto tiempo había
pasado de aquello!-Shanelle solía decir que si hubiera nacido flor, habría sido
margarita, sencilla, simple y feliz. No una rosa nacida para decorar.
-¿y quién más puede pedirla perdón?- preguntó Susana mirando el otro ramo de
flores.
Eric no contestó, se sentó sobre la lápida y se quedó allí, pensando en
silencio. Perdido en un montón de recuerdos que se agolpaban en su cabeza.
Bart, Ana y José tomaron asiento en un banco de piedra situado bajo un frondoso
árbol.
Susana parecía ajena a toda la escena. Algo no encajaba. ¿Por qué los
familiares de Shanelle no habían intervenido en el juicio? ¿Quién era la mujer
que estaba con Elizabeth? Demasiado joven para ser la madre de Shany, pero ¿y
si era Shany? No, imposible, alguien la hubiera reconocido desde luego. ¿Por
qué Elizabeth no había estado acompañando a Nuria?
Susana sintió un fugaz y repentino dolor de cabeza.
Paseó por una de las calles del cementerio, absorta en sus pensamientos
mientras pisaba las hojas secas.
Merche se fue a sentar con los demás señalando con la cabeza a Eric, que seguía
sin moverse del sitio.
"Elizabeth"- repitió Susana mentalmente. ¿Sería la misma Beth que
hablaba con Nuria por teléfono, el otro día? ¿Quién podía ser Alex?
"rebelde como su padre".
Cansada se recogió un mechón de cabellos que se había soltado de su horquilla,
y lo colocó tras la oreja. ¿No había hecho lo mismo Nuria con ella? Llenó sus
pulmones de oxígeno, sentía que se ahogaba. Nuria no había estado en el juicio,
por lo menos no la Nuria que ella conocía.
Caminó con prisa hacia la floristería de la entrada y habló con el amable
dependiente. Solo dos personas habían comprado margaritas ese día. Ese tipo de
flor no era el más vendible.
- El señor que vino con usted y una joven muy hermosa y simpática de cabello
cobrizo.
Susana asintió dando las gracias y camino de nuevo hacia los demás.
Nuria había puesto flores para pedir perdón. Pero ¿por qué? ¿A quién?
Sintió como sus manos sudaban, sus pulsaciones latían aceleradas. Perdón ¿a la
desconocida víctima de Miguel? ¿Yacería bajo esa losa, la mujer indigente o
drogadicta de la que nadie sabía nada? ¿De la que Nuria no podía hablar?
Inconscientemente se mordió la uña del pulgar, una costumbre que había
erradicado hacía tiempo. Tenía un rompecabezas en su mente y las piezas
comenzaban a encajar perfectamente unas en otras.
Se acercó a la lápida de nuevo, justo detrás de Eric, con los ojos fijos een las pobres y
delicadas margaritas Y asintiendo: ¡que tonta había sido! ¿Cómo podía habérsele
escapado algo así?
-Eric- le llamó con suavidad.- ¿piensas que Shanelle pudo contar a su hermana
todo sobre vosotros?
Eric la miró extrañado y agitó su cabello negro como el ala de un cuervo.
- se lo contaría a Beth, ella era...
-¿Beth?- repitió casi en un grito- ¿La misma Beth que Elizabeth?
-¿que ocurre Susana?- Bart se levantó acercándose a ella.- Llevas un buen rato
dando vueltas como un automa...
-necesito saber si la muchacha que estaba con Elizabeth era la hermana de
Shanelle- explicó apenas sin respirar.
-Creo que si.-asintió Bart.- estuviste hablando con ella. ¿No?
Susana negó con la cabeza, al tiempo que tamborileaba los dedos sobre sus
labios con cierto nerviosismo.
-La persona con la que
hablé ayer, sabía todo. ¡Todo!. Ella me contó lo que yo quería oír- señaló a
Ana.- La familia de Shanelle culpaba a Eric de lo ocurrido, no del asesinato,
pero si, de dejarla embarazada. Aun sabiendo que yo venía de parte vuestra, se
abrió a mí. Si en realidad hubiera odiado a Eric jamás me habría contado nada,
posiblemente hubiera sido a la última persona que le contara esto.-
Susana abrió las manos explícitamente.-No me creo que una hermana pueda
saber todo al detalle, posiblemente ni siquiera su mejor amiga. Fechas, datos,
la razón por la que se casó Eric.- tembló. ¿Quizás sus conclusiones no eran del
todo correctas?-Cuando la pregunté por qué te había mentido, Eric, me miró
asombrada sin saber que decir.
-No te sigo Susy.-admitió Eric levantándose para ponerse frente a ella.
-Sé que es complicado.- hizo una pausa. Los observó a todos tratando de que
comprendieran. Colocó un dedo sobre la lápida.- No supo contestarme, porque no
era Nuria, sino un familiar. ¿Cómo podía saber los detalles del juicio? ¿Cómo
ha reconocido esta mañana a Melissa? ¿Por qué no estaba con Elizabeth? No ha
estado con ella pero se conocen perfectamente.- se contestó ella misma. De no
ser sus amigos quienes la estuvieran escuchando atentamente, intentado seguir
el hilo de la conversación, hubieran pensado que era una loca.- Ayer hablaron
por teléfono delante de mí, solo que no la reconocí porque la llamó Beth y no
pensé en ello.
-¡Por Dios, Susana! ¿Dónde quieres llegar? Piensa bien en lo que estás
diciendo.- la susurró Bart junto al oído.
-Ayer mismo estuve aquí.- dio un par de pasos hacía el banco de piedra y volvió
junto a la lápida.-Esto- señaló el mármol con la mano.- estaba sucio y
embarrado. Si realmente la hermana de Shanelle está viviendo aquí. ¿No venía
ningún día a visitarla? Si mi hija muriera no creo que me mudara enseguida de
mi hogar, pues no querría olvidarla.
-Pero si Shanelle no hubiera muerto, si no fuera ella la que está aquí
enterrada, como familiar, no tendría ninguna obligación de venir a visitarla.
¿Es eso lo que tratas de decir, Susy?- preguntó Eric con una chispa de vida en
su mirada verde.
-Me meto en el fuego y no me quemo si os digo, que si hay alguien aquí, no es
Shanelle Herranza. Aquí está la verdadera víctima de Miguel, la persona que
nunca apareció. -más animada sonrió.- os puedo apostar que la misma Shanelle ha
colocado esas flores, pidiendo perdón tanto a ella- volvió a señalar el
mármol.- como a nosotros, porque sabía que íbamos a venir. Se sorprendió cuando
hablé de tu separación y me preguntó abiertamente si teníamos algo entre tú y
yo.- sonrió a Eric con dulzura-... a nadie podría importarla este teme
excepto...
-excepto a Shany.- concluyó Merche muy atenta a las explicaciones- que pese a
todo aún lo sigue amando.
Eric se pasó la mano por el cabello casi con fuerza, como queriendo
arrancárselo de cuajo.
-Deseo creer en esa teoría, de verdad Susy, pero...- se mordió el labio
inferior lleno de incertidumbre. - ..Con Miguel preso ella no tenía nada que
temer. Hoy podía haber acudido al juicio con total tranquilidad.
-No si ella está protegiendo a alguien.- contestó a modo de sonrisa.- y yo sé a
quién. Alex.
-¿quién es? El nombre no me dice nada.- Inquirió Eric.
Susana aplaudió emocionada consigo misma:
-Alex es un muchacho de unos doce años, rebelde como su padre.- paseó una
mirada burlona sobre Eric. Sonrió como si la hubieran quitado un gran peso de
encima.- Alex es el hijo de Shanelle.- observó los brillantes ojos verdes.- tu
hijo, Eric. Eso es lo que ha estado protegiendo durante todos estos años. -
volvió hacer una pausa.- Cuando ayer hablé con ella, tuvo un gesto conmigo- se
volvió hacia Ana mostrando su blanca y perfecta dentadura en una esplendorosa
sonrisa.
-Ella te acarició el cabello. ¿Verdad? ¡Lo hizo!- exclamó Ana feliz.
-el mismo gesto del que me hablaste. Me confundió la edad, parece que tenga unos
veinticinco, pero no puede ser ¿verdad?
-Siempre aparentó menos edad.- afirmó Merche.- tiene unos treinta.
-treinta y dos.- afirmó Eric.- ojala que estés en lo cierto Susy, de ser así,
creo que ha llegado la hora de solucionar muchas cosas.
Algo más animados,
salieron haciendo planes del camposanto. Eric y Bart comentaban sobre abogados
buenos y de renombre, Eric podía pagárselo con facilidad. José, cogido de la
mano con Merche, escuchaba a Ana.
Susana respiró tranquila y sus ojos, por casualidad, se toparon con el vehículo
gris metalizado que estaba aparcado en la acera de enfrente, a la sombras de
uno grueso sauce. Caminó hacia él. Esta vez no debió golpear la ventanilla pues
Shanelle la bajó antes de que llegara.
Susana volvió los ojos al cielo con una sonrisa:
-hace un día hermoso. ¿No?
Elizabeth soltó una risita divertida y Susana las miró.
-Soy Nuria- la joven de cabellos dorados que iba sentada en la parte de atrás
la tendió la mano, que Susana estrechó mecánicamente.- Ella es Beth, seguro que
has oído hablar de ella.- la saludó con una sonrisa.
-eres buena en tu trabajo, Susana- admitió Shanelle.-Miguel acaba de hacer una
confesión escrita. Melissa va camino de a comisaría y Tyron padre está en
busca y captura. Seguramente ande por algún lado borracho perdido.-Shanelle se
encogió de hombros.- es así como ha pasado estos últimos años.
Susana asintió feliz e hizo un gesto con la cabeza:
-¿no vas hablar con él?
Shanelle miró con temor a su amiga y a su hermana.
-No sabría que decirle.-titubeó.- No sabría por dónde empezar.
-Por el principio, hermana.- sonrió Nuria.- y de paso le pides perdón por lo...
-olvídalo.-respondió Shanelle con burla.-Se lo dirás tú.
Shanelle, con las gafas oscuras de nuevo sobre sus ojos, se acercó al
monovolumen. Temblaba de miedo, de emoción contenida. ¿Qué diría? ¿Cómo
reaccionaría?, caminó hacia el lugar donde él se encontraba.
Bart y él seguían hablando. Eric estaba de espaldas a la muchacha.
Carraspeó suavemente y le rozó el hombro con la mano. Eric apenas se giró para
observarla.
-¿podemos hablar?- le preguntó en un susurro.
El hombre terminó de girarse para observarla mejor.
-Sé que he cambiado bastante- Prosiguió ella con rapidez forzando una sonrisa.
-te reconocería en cualquier lugar del mundo.-susurró él.
-¿de verdad?
Eric apartó las gafas para observar los amados ojos azules brillantes como
perlas, que tanto había echado de menos. Shanelle luchaba contra las lágrimas
que no la permitían enfocar con claridad.
-Te he recordado cada día. Te he soñado cada noche. En cualquier lugar te
reconocería.- posó su mano bronceada sobre la mejilla de la joven y con
delicadeza le retiró una lagrima- Perdóname por ser el...
Shanelle le cubrió la boca con su mano al tiempo que agitaba la cabeza:
-Te quiero Eric. Siempre te he querido y lo haré durante el resto de mi vida.
Eric la beso. Con suavidad al principio, casi con miedo, pero luego con una
fuerza salvaje. No quería apartarse de ella. La estrechó la espalda. Se apartó
un poco, solo un poco, para tomar aliento, y sin apartar la boca de ella,
susurró:
-Cásate conmigo. Sé mi mujer, por favor.
-Es lo que siempre quise.
-Tenemos tanto de que hablar.- con desgana, Eric se apartó, no lo suficiente
para que los demás pudieran saludarla.
Shanelle asintió y le colocó un negro mechón de cabello tras la oreja. La boca
de Eric atrapó su mano, como tantas
veces había hecho en el pasado.
-Sí. Hay mucho de qué hablar.
Susana los observó de lejos con una sonrisa. Seguía en compañía de la verdadera
Nuria y de Beth.
-esta vez saldrá bien.- afirmó.
-si.- asintió Beth con un largo suspiro.- Esta vez sí.
Epilogo
Eric Tyron y Shanelle
Herranza se casaron en una bonita iglesia de la costa.
Ella estaba radiante con su vestido blanco lleno de encajes. Sus ojos con
expresión cariñosa y divertida apenas se habían apartado de su esposo durante
toda la celebración. Todo el circo estuvo allí, lanzando pétalos de margaritas
sobre la pareja.
Eric y Alex, los dos, guapos y elegantes solo tenían ojos para Shany.
Los tres reían de bromas secretas, de muecas divertidas.
Yo, como el resto de las mujeres, envidié a Shanelle. No solo su belleza, ni a
su marido, ni a su hijo, ni a su familia que la adoraba. Envidié todo. Quería
ser como ella, reír como ella, mirar con aquella dulzura que daban ganas de
abrazar y proteger. Yo también aprendí a quererla en ese poco tiempo. Se había
convertido en mi amiga y yo estaba orgullosa de ello, de su valentía y coraje.
-¿qué piensas?- me preguntó Shanelle a última hora de la noche, cuando la luna
brillaba como si fuera una más, en el despilfarro de bombillas de colores que
adornaban un enorme jardín. Yo estaba sentada en una de las mesas del convite,
mientras los demás bailaban por todos los sitios, bebiéndome una cerveza
helada.
Solo personas mayores aún ocupaban sus sitios.
-En lo maravilloso que es estar aquí.- tomé el aire de la noche. Olía a mar, a
flores, a naturaleza.-Estoy muy feliz de que Eric haya traído el circo aquí.
-A Alex le encanta.- río ella con una carcajada burbujeante y llena de vida.-Te
debo mi felicidad, Susana.- me dijo con un tono suave y sincero. Me cogió una
mano con las dos suyas y sus ojos azules se clavaron en mí, brillando
emocionados.
Eric, se sentó junto a su esposa. Parecía haber salido de la nada. Suspiró
cansado, tomó mi cerveza y bebió un largo sorbo.
-¿estáis escondidas?- susurró bromeando.
Ambas nos miramos y nos echamos a reír. Shanelle tomó un mechón de mis cabello
y los colocó donde debían estar. Repentinamente me abrazo.
-¡pues nos han encontrado!- comentó Eric con una sonora carcajada al ver venir
a todos los amigos, con botellas de champagne frío en las manos.
Pronto una multitud de rostros sonrientes nos rodeó a los tres y nos unimos a
la fiesta. Por cierto, yo soy Susana Atril.
Detective
privado.