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martes, 27 de noviembre de 2012

Obras de Lola Rey



  







  Nunca nadie más

Nunca nadie másInglaterra, 1870. Lord Alexander Collingwood ha heredado recientemente el condado de Kent. Esas tierras son lo que más le importa, pero deberá deshacerse de ellas: están usurpadas por las deudas que su padre sembró, y ya no puede mantenerlas. Solamente se le ocurre una manera de poner a salvo el patrimonio amenazado: casarse con una joven de alguna familia burguesa sin linaje que le aporte una buena dote. Gabrielle Fergusson es hija de un acaudalado comerciante; a los ojos de casi todos aparece como una muchacha superficial, solo preocupada por los vestidos, los bailes y la coquetería, aunque perdidamente enamorada de Alexander. Si bien lord Collingwood detesta la frivolidad, todo la señala como la candidata perfecta. Cuando él, desesperado, pide la mano de Gabrielle sin que ella sospeche que necesita la dote, queda todo servido para que la autora nos traiga una nueva versión de la batalla de los sexos. En medio de una convivencia forzada, de un matrimonio que no han elegido, tendrán que probar cuánto pueden acercarse, cuánto acortar la brecha que los separa.


Escándalo



Lord Edward Westley, conde de Suderlay, es el perfecto noble: educado, correcto y snob. Nunca ha protagonizado un escándalo y sus modales son impecables... hasta que comete el error de enamorarse de Lucy, una simple costurera, totalmente inapropiada para un noble como él.
Lord Westley deberá decidir si continúa con una relación que sabe que causará un enorme escándalo o deja pasar al que sin duda es el amor de su vida. Cuando finalmente se decida, ya será demasiado tarde... Lucy ha seguido su propio camino y en él no parece haber lugar para Edward.


El final del invierno

Silvia y John sobreviven pidiendo e incluso robando en uno de los barrios más pobres de Londres. Sueñan con salir un día del barrio y vivir juntos su amor, pero el padre de la joven la vende a un noble. John no pierde la esperanza de encontrarla algún día. Convertido en un hombre sin escrúpulos, se enriquece con negocios de juego y prostitución. Cuando se reencuentran años más tarde, Silvia deberá decidir si acepta en su vida al hombre que ama pero que representa la sordidez que ha logrado dejar atrás.

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